No hay duda de que El Señor de los Anillos, de Peter Jackson, es una de las mejores y más apreciadas películas de fantasía de la historia del género, alcanzando un nivel de arte que aún no ha sido igualado en la gran pantalla.
Sin embargo, lo que resulta especialmente sorprendente de su logro es lo bien que ha conseguido mantenerse en las dos décadas transcurridas desde el estreno de La Comunidad del Anillo. De hecho, hay muchas escenas de la trilogía que siguen ganando resonancia emocional con el paso de los años.
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«¡Huid, Insensatos!» – La Comunidad de los Anillos
Gandalf es sin duda uno de los seres más poderosos de la Tierra Media, pero se encuentra con su rival cuando se enfrentan al Balrog en las Minas de Moria. Aunque consigue vencer a la criatura y hacerla caer al abismo, el Balrog lo arrastra con él, y su grito final de «¡Huid, insensatos!» sigue siendo una de las escenas más impactantes de la trilogía.
Demuestra lo dispuesto que estaba Gandalf a sacrificar su vida en beneficio de los demás y, en lugar de que desperdicien sus vidas tratando de salvarle, quiere que se salven ellos mismos. No es de extrañar que la escena siga mejorando con el tiempo.
La muerte de Boromir – La Comunidad de los Anillos
Se ha convertido en un chiste que Sean Bean muere en la mayoría de sus películas, pero hay que decir que su batalla con los Uruk-hai en un esfuerzo por salvar a Merry y Pippin sigue siendo conmovedora, incluso después de tantos años. El hecho de que lo haga para expiar el intento de quitarle el anillo a Frodo lo hace muy poderoso.
Aún más extraordinaria es su despedida de Aragorn, que es un momento emocionalmente íntimo entre dos hombres que, incluso ahora, sigue siendo muy raro de ver en películas de este tipo.
La marcha de los Ents hacia Isengard – Las dos torres
Hay muchas criaturas fantásticas que habitan en la Tierra Media, pero algunas de las mejores son los Ents, y su marcha sobre Isengard es una escena que todavía tiene el poder de impresionar incluso ahora, después de que tantos otros espectáculos CGI hayan adornado la gran pantalla.
Sigue siendo conmovedor ver a estas criaturas lanzarse a la batalla contra un mago y su poderosa magia, aunque sepan que probablemente no van a sobrevivir. Además, la visión del único Ent que se incendia sigue siendo uno de los momentos más traumáticos de Las dos torres.
El discurso de Sam sobre estar en una historia – Las dos torres
Aunque la mayor parte de la duración de Las dos torres está ocupada por la batalla del Abismo de Helm, hay una escena particular con Sam que sigue ganando resonancia con el paso de los años, y es cuando le dice a Frodo que hay bien en el mundo y que vale la pena luchar por él.
Es uno de los momentos más inspiradores de toda la trilogía cinematográfica, y uno al que los espectadores siempre pueden volver cuando los tiempos son difíciles. Y, lo que es más importante, demuestra por qué Sam fue y sigue siendo uno de los mejores personajes de todas las películas.
Gandalf le cuenta a Pippin sobre el más allá – El Retorno del Rey
La mayoría de la gente recuerda las mejores escenas de batalla de El Señor de los Anillos, pero la trilogía también tuvo su cuota de momentos tiernos, como cuando Gandalf le habla a Pippin de la vida después de la muerte y de cómo ésta es en realidad un viaje más, en lugar de algo que hay que temer.
Es uno de esos momentos que fue profundamente conmovedor en su momento, pero que lo ha sido aún más. Demuestra incluso ahora lo hábil que es Ian McKellen como actor, que fue capaz de captar la calidez y la bondad fundamentales en el corazón de Gandalf.
El debate interno de Gollum consigo mismo – Las dos torres
La actuación de Andy Serkis como Gollum es, sin duda, una de las mejores interpretaciones de captura de movimiento en una película, y Gollum es también un personaje fascinante por derecho propio.
Teniendo en cuenta los muchos avances que se han hecho en términos de CGI, sería fácil que esta escena se sintiera anticuada. Sin embargo, la capacidad de Serkis para captar las dos caras de la personalidad de Gollum resiste la prueba del tiempo y, de hecho, se vuelve aún más evocadora con el paso de los años, teniendo en cuenta las limitaciones de la tecnología cinematográfica de principios del 2000.
El discurso de Aragorn a los soldados antes de la batalla de la Puerta Negra – El Retorno del Rey
El discurso del general a sus tropas ha sido un elemento básico de la película épica durante mucho tiempo, y Aragorn pronuncia el que posiblemente sea el mejor. Insta a sus soldados a luchar contra Mordor, a pesar de que todos saben que probablemente morirán en el intento.
Es una escena profundamente conmovedora por sí misma, pero sigue ganando en resonancia y fuerza con el paso de los años, sobre todo porque el tema del bien contra el mal tiene un atractivo perdurable.
Aragorn se inclina ante Frodo – El Retorno del Rey
Podría decirse que la escena más poderosamente memorable de todo El Retorno del Rey ocurre cuando Aragorn, el recién coronado rey de Gondor, se inclina ante Frodo. Es un momento importante, que sugiere que este humilde hobbit se ha convertido en una de las personas más importantes de la Tierra Media.
Sigue mejorando con cada año que pasa, al igual que la idea de que incluso la gente más sencilla puede levantarse y embarcarse en misiones heroicas que acaban salvando al mundo de la siempre creciente amenaza del mal.
La salida de los Puertos grises – El retorno del rey
Hay algunas escenas en las películas diseñadas para evocar lágrimas en el público, y una de ellas es el momento en que Frodo, Bilbo, Gandalf, Galadriel y los demás se marchan. Es una escena inquietante incluso ahora, casi 20 años después del estreno de la película, porque sugiere que la gloriosa era de la Tierra Media está pasando y que no puede haber vuelta atrás.
Es un mensaje que cobra mayor resonancia con el paso de los años, sobre todo porque quienes la vieron en el cine reconocen que ellos también se están haciendo mayores.
El regreso de Sam – El retorno del rey
A pesar de lo importante que son los Refugios Grises, son igualados por el regreso a regañadientes de Sam a Bolsón Cerrado, donde saluda a su familia con un «Bueno, he vuelto». Es un momento poderoso (y una prueba de por qué Sean Astin es uno de los actores más importantes de la película), pero también es un testimonio de lo mucho que Sam ha perdido y de la suerte que tiene de haber sobrevivido a los horrores de la Guerra del Anillo.
Más que nada, envejece tan bien porque es un poderoso recordatorio de las virtudes hogareñas de la Comarca y de la vida de los sencillos hobbits.